#74 Un simple adiós

10.04.2018

  Hace ya unos 55 años, en medio de un cabaret japonés, decenas de mujeres semidesnudas (las profesionales del placer, o quien sabe quién) paseaban atendiendo a clientes pertenecientes a la Yakuza, detrás de tan hermosa fotografía digna de los grandes; tan grandes que no se me ocurrió nadie que alcanzara tal grandeza, se encontraba un joven ayudante de dirección de una película que nunca he visto y seguramente en el corto plazo no veré, Ankokugai saidai no ketto y ese joven crecerá para ser Albert Einstein. Ah no, esto no es un meme; es una persona que poco se conocía, pero aporto de gran manera Isao Takahata, pero bueno es difícil de saber si la historia es real ya que el medio donde lo leí es sumamente penca (malo).

  Takahata como sabrán después de hacerse noticia su fallecimiento, es el co-fundador de Estudio Ghibli, un estudio que poco hizo para llevar la animación japonesa a occidente, a pesar de que eternamente asociamos el nombre de Miyazaki, el director socialmente más activo que siempre se le asocia el éxito del estudio, pero hay que ser analista en el trabajo de ambos, Miyazaki fue un cineasta fantástico que se dedicó mayormente al público infantil mientras que Takahata habla un lenguaje fílmico totalmente diferente, hizo parte de sus películas las melancolía, el proceso de madurez y la tragicomedia realista de nuestro día a día.

  Por donde partir en la carrera de un director que poco se le ha reconocido de manera publica su éxito, podría comenzar nombrando sus aventuras televisivas que aún se recuerdan en el consiente colectivo como lo fueron Heidi y Marco, otras como Lupin III (del cual me declaro culpable de disfrutarlo de sobremanera) o Ana de las tejas verdes, pero bueno su éxito no solo se quedó en la televisión, con la experiencia que le dio participar y desarrollar obras atípicas en cuanto a temática para la época, creó su más celebre e íntima animación, "La tumba de las Luciérnagas".

  La película es un drama sobre dos hermanos que intentan sobrevivir a las duras condiciones de la Segunda Guerra mundial, influenciada directamente por la experiencia vivida en la infancia de Takahata, que con solo 10 años perdió a familiares y amigos en un bombardeo a la Ciudad de Uiyama. La historia catalogada por el mismo como una michiyuki, un tipo de historia en la que se enseña a los menores a seguir su propio camino sin ayuda de los adultos, es sin duda un dura crítica a la guerra que difícilmente encontramos en otras películas del mismo estudio.

  Esta cuasi obsesión por el realismo lo distancia completamente del trabajo de la otra gran mente creativa del estudio, películas como El cuento de la princesa Kaguya, su última dirección, que recoge una antigua leyenda sobre una princesa que viene de la luna, usa elementos fantásticos que quedan en simples complementos anecdóticos que se pierden en una reflexión sobre que nos hace humanos. De igual forma pasa en Pompoko, el uso de mapaches como personajes es solo un recurso para camuflar la crítica social a la deforestación a los bosques japoneses.

  Pero en algo que si se le acerca al trabajo de su amigo Miyazaki, es en la explotación del folklore japonés. Aunque mucho más occidentalizada, principalmente por la influencia de Paul Grimault, que conoció su trabajo mientras estudiaba la literatura francesa.

  Es por eso que no es raro ver que este autor que contara historias sobre una niña suiza o un niño italiano. Y tampoco referencias a autores como Jacques Prevert en un melancólico filme nombrado "Recuerdos del ayer".

  Su última participación como productor fue "La tortuga Roja", la primera película realizada en el estudio por un no japonés.

  Siempre bajo la alargada sombra de Miyazaki, nunca quiso ser protagonista y entregaba siempre el éxito y los elogios a su amigo y compañero. Este maestro de la animación encontró en Ghibli un espacio para expresarse e hizo películas que hubieran sido imposibles en otro lado

  Es por eso que estudio Ghibli no es simplemente Miyazaki. También es crudeza. También es Isao Takahata.

  Isao (ya que estamos al cierre lo tuteo) recibió el premio del Festival de Cine Infantil de Chicago, el premio del Festival de Animación de Annecy (Francia) y la Orden de las Artes y las Letras en Francia por sus traducciones de poesía al japonés.

- Korbo, un simple simio.

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