#59 ¡Feliz aniversario y mejor película de la historia!

21.02.2018

  ¡Cumplimos un año, simpática gente! Todo un año viendo memes, notas y productos (vean la tienda) Y para celebrarlo en grande vamos a analizar la mejor película del universo y la historia, una obra maestra que alcanza un estado súmmum de perfección posible, un film que atraviesa toda barrera humana por hacer algo de calidad. Así es, mis sabios simples, nos referimos a The Room, de la brillante mente de Tommy Wiseau, el Leo Rey polaco incomprendido que hace que el Cine se vea como un estado de la materia perfecto y desconocido.

¿Qué es The Room?

  The Room es una cinta del 2003 que nos hizo entender que sólo se necesitan 3 años para seleccionar a ojos cerrados la mejor película del cosmos y es que Tommy Wiseau, un hombre talentoso y multifuncional, lo hizo posible ya que él tomó las cartas en la mayoría de los asuntos. Desde la dirección, protagonismo en escena, producción y guión. Y a pesar de que el resto del elenco le advertía que debía aplicar cambios a muchos aspectos del contexto de producción, él desistió en reiteradas ocasiones, ya que una persona debe siempre perseguir sus sueños, cosa que probó en la realización de esta maravilla, cuya trama por cierto, es una exquisitez, un manjar por donde se le mire: Johnny, interpretado por nuestro artista favorito, es un hombre risueño y sensible que ama a su futura esposa Lisa, pero ella lo engaña hace rato con el mejor amigo de nuestra estrella, Mark.

La actuación sublime de Wiseau es un fetiche para el ojo humano
La actuación sublime de Wiseau es un fetiche para el ojo humano

¿Por qué es tan buena?

  The Room tiene esa esencia artística de querer enseñarnos el universo, el mundo en el que se desarrollan nuestros personajes, al más puro estilo Tolkien. Pero a la vez es misterioso, como si estuviéramos viendo Lost, ya que hay detalles que nunca entendemos, como en que consiste el trabajo de Johnny o como nuestro aclamado director consiguió la módica suma de 6 grandes para costear toda la película. Pero esto no es un problema, para nada, la visión de Wiseau con esta amalgama de ideas era jugar con lo mejor de ambos mundos, mostrar todo lo que pueda ser importante para la trama, como que pasteles ordenan todos los comensales en la cafetería y no enseñar nada que pueda ser (mal)interpretado por la audiencia, como los misterios de Johnny.

  The Room además destaca en calidad de actuaciones, los personajes se mueven, saludan y despiden con tanta naturalidad que pareciera que estuviéramos viendo una vida frente a nosotros. A leguas se es evidente la larga carrera cinematográfica de cada individuo, donde cada uno respira profesionalismo en su máxima expresión. La naturalidad con la que Johnny ríe, llora y expresa sus emociones de la forma más sobria posible, la forma de ser de Lisa, que nos hace dudar si estamos ante un personaje o una persona, como fluctúa su comportamiento entre novia fiel e infiel es una actuación digna de un villano de Batman.

  Y los diálogos no se quedan atrás, porque Wiseau quería expresar sus ideas de forma clara, por eso vemos de forma tan recurrente las conversaciones y comentarios de los personajes, además de ver como anuncian sus salidas o entradas de escena. Pero también le gusta lo abstracto, por eso los personajes no tienen la obligación de seguir una línea de la conversación o bien, tienen que hacerlo de la forma más rápida posible, como cuando Johnny compra en la florería y la conversación parece sacada de un speedrun. Sin duda, un genio hasta en los más mínimos detalles.

  El método de trabajo de Wiseau era incomprensible, pero eso lo hacía un artista. Sus pataletas, constantes frustraciones por aspectos mínimos y su manía por despedir gente al instante lo posicionan como un genio, alguno de la talla del mismísimo Stanley Kubrick.

  La obra icónica de Wiseau nos presenta una realidad desde los ojos de un artista. Una obra que quizás nunca seamos capaces de entender o apreciar en su totalidad. No somos capaces ni merecedores, él es un hombre adelantado milenios y bañado por las musas de todo lo que es bello, por lo que somos ciegos ante un arte inadecuado a la época. Pero estaremos siempre agradecidos por este bello regalo digno de los cielos.

  Gracias también por ¿aguantarnos? Un año completo a mí y a Korbo, quienes seguiremos subiendo artículos (y memes) a este sitio.

  • - Alejandro "Aco" Durney, El Cucco Sabio.
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